
Tras una larga espera, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha hecho pública la diferencia entre Audífonos y Amplificadores de Sonido, lo que supondrá un bien para toda la población ya que evitará los frecuentes fraudes y confusiones intencionadas que se dan por los distintos medios de comunicación.
Para deshacer esta confusión y con la intención de fomentar el uso adecuado tanto de audífonos como de amplificadores de sonido, a continuación os explicamos las principales diferencias entre ambos.
AUDÍFONOS Los audífonos son dispositivos electrónicos destinados a compensar las deficiencias auditivas y son específicos para personas con problemas de salud auditiva, ya sea por patologías, traumatismos, disfuncionalidades, malformaciones, envejecimiento, etc. Son productos sanitarios, que deben ser prescritos por audiólogos protésicos u otorrinolaringólogos y su venta en internet está completamente prohibida. Esto se debe a que, para que los audífonos sean efectivos, se debe completar un proceso de adaptación y seguimiento que implica adaptar los audífonos y hacer un trabajo de rehabilitación auditiva con frecuentes visitas al especialista. Todo este proceso está orientado a recuperar la inteligibilidad auditiva perdida.
AMPLIFICADORES DE SONIDO También hablamos de dispositivos electrónicos pero la gran diferencia respecto de los audífonos es que, en este caso, están destinados a personas con audición normal. Por amplificadores de sonido nos referimos a altavoces, cascos para oír música, dispositivos para oír la TV sin molestar, amplificadores para percibir sonidos durante la caza, etc. Siguiendo con las diferencias entre éstos y los audífonos, diremos que los amplificadores de sonido NO son productos sanitarios, que su uso prolongado a elevado volumen puede provocar daños en el oído y que se pueden vender en internet o en tele tiendas ya que no requieren autorización sanitaria.
NO ES LO MISMO OÍR QUE ENTENDER Ésta es la razón por la que los audífonos son mucho más caros que los amplificadores de sonido. Si no se oye, se aumenta el volumen y listos. Éste es el cometido de los amplificadores de sonido, que aumentan todos los sonidos por igual, sin tener en cuenta las frecuencias o sonidos dañados de la persona. Los amplificadores de sonido NO corrigen la sordera, al contrario. Si no se entiende, o ni se oye ni se entiende, estamos hablando de un problema y deben usarse audífonos, que son más caros porque incorporan una complicada tecnología. Se analiza qué frecuencias o sonidos son los que tiene dañado el paciente y se corrigen (aumentan o amortiguan filtrando los ruidos) únicamente las frecuencias deficitarias. Se puede decir que la mayoría de las sorderas son para las frecuencias más agudas, las de las consonantes (f, s, p, b…), que son confundidas por su débil sonido y, sobre todo en ambientes ruidosos, producen confusiones al escuchar conversaciones. Es cuando de acostumbra a oír a expresión: “Oigo pero no entiendo”.
FRAUDE MÁS COMÚN Una vez tenemos clara la diferencia entre un audífono y un amplificador de sonido ya estamos preparados para no caer en el principal fraude que se cometen, que se basa en crear confusión entre los dos términos. Ciertos anunciantes publicitan por internet o en tele tiendas amplificadores de sonido con forma de audífono bajo la falsa promesa de que estos aparatos les ayudarán a oír mejor. Es cierto que evitan utilizar la palabra audífono, pero la promesa de oír mejor y la forma de audífono son tramposas. El principal problema de este fraude es que al final se acaban pagando cantidades que, aunque son más o menos económicas, van directamente a la basura. Lo que sí que podemos asegurar es que con unos audífonos actuales bien adaptados ya no se pierde dinero. Seguro.
Joan Bertran, Audiólogo Protésico de AUDIOPLUS