Las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables
Desde las personas que dicen: “-¡Yo no soy sordo, es la gente que no habla bien!”, hasta los que piensan: “Tengo cierta dificultad para entender, pero soy demasiado joven para usar audífonos”, hay toda una variada serie de excusas para hacer caso omiso de uno de los problemas más insidiosos para el ser humano: no oír bien es no poder vivir con plena felicidad.
Efectivamente, las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables. Punto.
Pero para tener relaciones, y aún más, para tener buenas relaciones hay que oír y entender bien. No hay más.

De ahí que sin entender ni oír bien a los demás no se pueda alcanzar la felicidad en su plenitud, pues el ser humano está hecho para relacionarse con los otros. No para vivir solo.
Sin entender bien, no podemos alcanzar la felicidad
Porque si no es así, si confundimos una palabra por otra, la frase entera nos llega alterada y tergiversada en su comprensión, o simplemente incomprensible. Y a partir de aquí, en una conversación con la pareja, en el trabajo o con un grupo de amigos solo nos queda dos opciones: poner ‘cara de palo’ y hacer ver que seguimos bien la conversación, con el peligro de meter la pata si debemos contestar; o volver a pedir que repitan lo que han dicho, cosa que hacerlo una vez no pasa nada, pero hacer repetir varias veces lo que no hemos entendido en el transcurso de una conversación o conviviendo con la pareja, resulta incómodo para el oyente y para los demás.
Como dice Robert Waldinger, investigador de la Universidad de Harvard, “las conexiones sociales nos hacen bien, y la soledad mata. Resulta que las personas con más vínculos sociales con la familia, los amigos o la comunidad, son más felices, más sanos y viven más años que las personas que tienen menos vínculos. Y la soledad resulta ser tóxica.”
Oír bien evita hacer sufrir a tu entorno y a ti mismo

Pero no es solo la soledad, sino las malas relaciones debidas, entre otros, a problemas de comunicación. Las personas con sordera de mala comprensión sufren y dan muchos problemas a las personas de su entorno: confusiones, mal humor, cansancio de todos al hacer repetir una y otra vez las cosas, el agotamiento de tener que hablarles más alto, la incomprensión de todos ellos.
No es lo mismo que un ciego o un sordomudo. ¡Ellos se comunican!, a su manera pero se comunican, se cuentan chistes, ríen y trabajan sin causar problemas psicosociales que enturbien las relaciones, a pesar de sus carencias físicas. Su intelectualidad y las ganas de estar al día están vivas. ¡Vivas, y viven!
Y por último, está comprobado científicamente, mediante escaneos cerebrales, que estas personas que viven solas, solas dentro del matrimonio, o solas en la multitud, son más susceptibles a recaídas de salud a partir de la mediana edad, y sus funciones cerebrales decaen más precipitadamente, e incluso viven menos que las personas que no estás solas y con buenas relaciones.
Joan Bertran, Audiólogo protésico de AUDIOPLUS